El Espíritu de Cristo Nunca ha estado en la Iglesia Católica

En reciente entrevista del periódico Primera Hora, publicada el viernes 19 de abril de 2002, el arzobispo Roberto González Nieves hace comentarios al referirse a la pedofilia y pederastia (inclinación del homosexualismo que originan las personas adultas hacia niños menores de edad, abusando de estos.  De modo, que podríamos connotar por pedofilia y pederastia, abusos contranatura y de relación homosexual con menores).  Al igual que otros enfoques del Clero romano por dicho escándalo, hay una total carencia de objetividad al evaluar ese tipo de pecado desde un trasfondo social u ordinario.

Se argumenta mucho en términos de que los hombres en general han padecido de esta “enfermedad” en todos los niveles profesionales, haciéndose los tontos, y pretendiendo soslayar ante el público un correcto enfoque desde un trasfondo eclesiástico o, lo que es más importante, evangelístico.  Toman de tonto a todo un pueblo desconocedor de las grandes verdades que Dios ha revelado en Su Palabra.

Por medio de profesionales afiliados a su sistema eclesiástico pretenden minimizar el impacto que Dios quiere que recibamos al propiciar el descubrimiento de estas cosas, que la sociedad no debe pasar por alto sobre la evidente realidad de que Cristo nunca ha estado en esa institución, pues hablar de cristianos no es hablar de lo ordinario, sino de lo peculiar, de una legítima fe; fe esta que es llamada a la luz de la Escritura “la fe que vence al mundo”.

Ya en sus declaraciones el arzobispo González Nieves “se dejó ver la puerta” cuando admitió en dicho artículo que los encubrimientos venían para proteger la imagen de la iglesia, y cito:  En otros casos admitió que eso se dio [el encubrimiento] por mantener la imagen de la iglesia limpia.  “Esas determinaciones se tomaron por buena voluntad.”  Y yo digo:  Por “buena voluntad” para seguir con el engaño.

Noten ustedes mis queridos lectores qué clase de argumento más subterfugioso y engañador.  Para el arzobispo González “buena voluntad” significa engañar al pueblo… ¡pero qué bárbaro este hombre que presupone ser veraz en sus dichos!  ¿Cómo se puede generar bien utilizando el mal del engaño?, si Cristo nos dirige a la realidad de que sea Dios veraz y todo hombre mentiroso.  ¿Cómo puede justificar este arzobispo de la Iglesia Católica ese tipo de engaño, que trata de vender lo impuro por noble?  Les digo con toda autoridad celeste que es ese un estilo satánico.  Siempre les he dicho que Roma “le huye a las vacas y se acuesta con los bueyes”.

En una ocasión un periodista puertorriqueño a través de la radio, pidió al ex arzobispo de San Juan, P.R., Luis Aponte Martínez, que expresase una opinión sobre mi enseñanza pluralista, y este, sin ninguna conmiseración, procedió a contestar que yo era un inmoral y no tenía fuerza moral para hablar de Cristo.  Yo puedo declarar con toda seguridad que Dios aprobó el pluralismo con un sinnúmero de propósitos futuristas.  Entre los más importantes, el crecimiento poblacional por medio de ese método; dicho de otro modo, la multiplicación rápida del género humano, pues un hombre con diez mujeres puede tener diez descendientes en un año, pero una mujer con diez hombres puede tener sólo uno.  Y Dios declara en Segunda de Samuel, capítulo 12 y versículo 8 del siguiente modo:  “y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno…”.  Vean ustedes que cuando se declara que el pluralismo es una inmoralidad se está diciendo que Dios es inmoral.

Yo que lo que he hecho es cumplir con una profecía, y que fui lo suficientemente valiente y sincero para decir al pueblo la verdad, enseñando que ese tipo de institución es para ser practicada en el futuro (en el Nuevo Siglo), no en este presente pecaminoso; yo que señalé siempre que el Comité de Desposadas Prefigurativas (C.D.P.) que nuestra iglesia mantiene no es práctico en este mundo, sino que es algo que pretende ejemplarizar esa institución futura; este servidor, por tan solo decir la verdad, fue objeto de acusaciones de todas partes, incluyendo la prensa de este país, ¿verdad Carmen J.?  Y, sin embargo, ustedes han demostrado ser un montón de inmorales por encubridores del pecado (pues recuerden que aquel que viabiliza el engaño es un engañador del mismo delito de pedofilia en que han sido descubiertos).  ¡Qué ironía!  Es obvio que este es un pueblo de hipócritas que a lo bueno llaman malo y a lo malo llaman bueno, y tratan de justificarse con argumentos de que “es una enfermedad”, pero no se atreven a enfocarlo desde un punto de vista justo y a la luz de la Escritura.  Observen el consejo de Pablo:  “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios” (Colosenses 3:1); pero ustedes dicen:  “Buscad las cosas de abajo donde están los homosexuales sentados en la institución romana”.  Y se dice, además, en los Escritos Sagrados que los que viven por la carne y no por el Espíritu son los que hacen esas cosas; porque Cristo estuvo muy consciente del cambio de vida que ocurre en todo aquel que cree, mas es evidente que ustedes, encubriéndose unos a otros por tal pocavergüenza e inmoralidad, no están dirigidos por el Espíritu.  Esa es una razón más para señalar que Cristo y Su Espíritu nunca han estado con ustedes.

En el pasado fueron grandes asesinos, martirizadores de hombres que tenían el derecho a tener una visión doctrinal distinta a las herejías de Roma; y ahora, en el presente, al existir libertad religiosa en virtud de los norteamericanos —que han sido comprensivos y decentes ante tal derecho otorgado por Dios a Su gente— no se atreven ustedes a asesinar, pero sí se atreven a gestar delitos de tan alta inmoralidad y repugnancia como es el homosexualismo; delito este que provocó la ira de Dios a tal punto que destruyó a Sodoma y Gomorra.  Unos lo ejecutan y otros lo encubren, pues como hemos enseñado, están carentes de la dirección del Espíritu a nivel institucional, y el pueblo está tan ciego que tal parece que Lucifer le ha regado un opio enceguecedor para que no vean la verdad y obedezcan a la mentira.  ¿Hasta cuándo pueblo mío vas a seguir sosteniendo esta poca vergüenza que deshonra la cristiandad?  ¿Por qué tú, Raschke, que tan moralista te proyectaste con nosotros, La Voz del Tercer Ángel (antes La Voz de la Reforma), no gritas ahora públicamente como lo hiciste conmigo, y te inhibes, haciéndote de ese modo partícipe de tan extraordinario pecado?, pues “el que calla, otorga”.  A ustedes mis conciudadanos puertorriqueños, y también a mis conciudadanos norteamericanos, les digo:  Griten a voz en cuello, díganle conmigo a “Israel” su pecado.  No se hagan partícipes de estas cosas porque es muy evidente que Roma pretende engañar vez tras vez.  No se dejen manipular por este poder que evidentemente está en manos del dios de las tinieblas.  Perdone el querido lector mi franqueza y sinceridad.  No pretendo avergonzar a nadie, sólo pretendo cumplir con mi deber en calidad de hijo de Dios y catedrático para este tiempo.  Termino estos comentarios con mi gran lema:  “La verdad está por encima de todos los hombres, no es opcional ni negociable”.

NOTA

El homosexualismo no es un mal moderno en Roma, ha sido un mal de grandes inmoralidades tan largo como su misma organización.  No se quieran hacer los ignorantes y concientícense los prosélitos católicos de que siempre ha existido, existe y existirá tan repugnante costumbre en esa institución.  Leamos parte de una histórica carta que enviara nuestro hermano Martín Lutero al Papa de turno, León X:  “Ahora bien, es cierto que no he parado en atacar al pontificado romano o, como también se dice, la corte romana, que tú mismo y cualquier humano han de reconocer como algo peor y más vergonzoso que jamás lo fueron Sodoma, Gomorra o Babilonia”.  “Para ti tampoco es un secreto lo que de muchos años a esta parte está saliendo de Roma e inundándolo y destruyéndolo todo:  corrupción del cuerpo y del alma y de los bienes materiales y espirituales, ejemplos perniciosos de todo género.  Cosas son éstas que están a la vista y no hay quien las ignore; que de la iglesia romana, en otros tiempos la Iglesia santísima, han hecho una cueva de ladrones, la peor casa de rufianes, el cerebro y reino de todo pecado, de la muerte y la condenación:  ni aunque el Anticristo viniese, es posible que la maldad se acrecentase aun más.” (Martín Lutero,Antología, págs. 41-42.)

Observe el querido lector lo evidentemente implicado que está en este señalamiento luterano la comisión del pecado concerniente a las aberraciones homosexuales, al comparar al Vaticano con Sodoma y Gomorra.  Tal parecería que los inclinados por ese delito han buscado desde siempre esa estructura eclesiástica como si fuese una sucursal de Sodoma y Gomorra para satisfacer esos sucios deseos con la protección que sus dirigentes les brindan.

A Carmen Jovet le digo:  Así como quisiste meterme preso con tu falso montaje de aquel programa que titulaste “Los padres hablan”, hazlo ahora contra estos desvergonzados que habitan en esa institución y demuestra tu objetividad y buenos deseos morales y periodísticos, porque tú, al igual que Jorge Raschke, Rodolfo Font y el obispo Álvarez, estoy seguro que harás una de dos cosas:  un programa muy objetivo preguntándole al público qué opina de estas cosas; o callarás, respaldándolos implícitamente.  Les garantizo que mi Padre celestial (el Cristo Dios) seguirá descubriendo barbaridades, pues ya está cansado de tanto engaño en Su nombre ejecutado.  Finalizo recomendándoles a que en aras de ampliar el conocimiento sobre este tema que ha caracterizado a Roma, lean el libro “Peregrinaje desde Roma” de Bartolomé F. Brewer.