La Vindicación Parte 4: Los Dos Testigos de Apocalipsis 11

Son los mismos personajes de los dos pendones de Isaías 11:10-12, los dos olivos de Zacarías 4:11-14, y también son los dos segadores de Apocalipsis 14:14 y 17. Vamos a dar continuación a la serie de estudios que hemos preparado en torno a la promesa del Señor sobre mi Vindicación.

La Biblia trata de la historia de Jesús, del Jesús prefigurado en el Viejo Testamento por medio de los ritos y del Jesús histórico que consuma o que cumple con la profecía del Viejo Testamento.  Jesús es el que da sentido a la Escritura.  Y, por consiguiente, esa historia que está redactada en los Dos Testamentos es previamente inspirada para que sea escrita y perdure hasta nuestros días.  Sin embargo, hay una realización en el capítulo 10 del libro de Apocalipsis, en torno al ángel, al mensajero que habrá de ejecutar esta realización.

Como recordarán ustedes, en el estudio anterior analizamos Apocalipsis 10, y vimos que realmente la ejecución del planteamiento que hace Juan en dicho capítulo, no la realiza el propio Juan, sino que Juan es más bien el ángel que recibe la revelación, el mensajero que recibe la revelación y que la redacta en la Escritura, en el libro que corresponde a este siervo de Dios, el Apocalipsis o la Revelación.  Juan la redacta, pero al fin de los tiempos es que se ejecuta realmente la orden divina de predicar por un poco de tiempo más en torno al librito que no es otra cosa que la revelación final.

Noten, el pequeño rollo o el librito (Apocalipsis 10:8), es un libro que no está aparte porque toda la revelación de Dios está contenida en los escritos inspirados; sin embargo, está aparte en el sentido de que es el último contenido revelativo; en ese sentido es que decimos que está aparte.  Es decir que se va a predicar una teología enfática, final y que constituye otra serie de doctrinas que culminan entonces con lo que la Biblia señala.

El Apocalipsis es el último libro de la Escritura, pero el Apocalipsis ha estado velado, los mismos eruditos y estudiosos bíblicos lo admiten que ha estado parcialmente velado porque no ha podido ser entendido.  A Juan se le dice que “cierre las palabras del libro”.  Es como queriéndosele decir lo mismo que se le dijo a Daniel: “Es para el tiempo del fin”; “no, no te preocupes por entenderla en detalle porque tú no la vas a viabilizar”.  De manera que nosotros tenemos que entender que Juan redacta estas cosas y ejecuta la toma del librito en representación del último profetismo, el profetismo de este tiempo que estamos ya por consumar la obra de Dios y por Cristo venir.  Previo a Cristo venir, pues va a haber una obra postfigurativa que el Señor me ha dicho que yo he de realizar y que como señal básica, fundamental al hecho, está esa Vindicación de la cual yo he venido hablando.  Yo voy a concluir esta obra; para ello voy a ser constituido en una señal, en una postfigura de Cristo, esto es: voy a ser vindicado, restaurado a una edad de aproximadamente entre 25 y 30 años.  Esa ha sido su promesa, y me ha dicho que la predique, que es necesario que la advierta con antelación al hecho para que cuando se cumpla, entonces, podamos recordar esos momentos previos al hecho mismo.

Y yo voy a repetir un continuo estribillo: “No me crean a mí, sino estén pendiente de los hechos que es lo que importa en este caso”.  A eso es que yo les hago un llamado al pueblo de Puerto Rico; no a que me crean, sino a que aguarden con paciencia porque al fin y al cabo si esto no se diese tú no perderías nada, pero si se da y te has convertido en un enemigo prejuiciado por adelantado de este ministerio, de este servidor, entonces te las vas a ver negras cuando se dé.

Ahora bien, hay distintas distorsiones del libro de Apocalipsis, una de esas distorsiones es decir que todo lo que el libro de Apocalipsis dice se cumplió, no es así, hay cosas ahí que no se han cumplido que están por cumplirse en los próximos días, a eso es que vamos.

En este estudio consideraremos el capítulo 11 de Apocalipsis.  Es bueno que entendamos que el capítulo 10 y el 11 están en contexto, siguen una línea de pensamiento.  El capítulo 11 desde el primer versículo (11:1) sigue considerando lo que anteriormente ha dicho el capítulo 10, o sea que están en ilación.  Leamos el versículo uno del capítulo once:

“Entonces me fue dado una caña semejante a una vara de medir…”
(Apocalipsis 11:1)

Eso es lo que quería hacer notar: “entonces” que da continuidad a la línea de pensamiento que viene Juan trayendo.  “Entonces”, es decir: después que se le indica en el versículo 10:11 “predica un poco más de tiempo”, entonces se le entrega una caña de medir a Juan.  Vuelvo y digo que la acción de Juan es representativa; no es él el que hace eso al fin de los tiempos, y ya nos ubicamos en el tiempo: este evento ocurre bajo el sonido de la séptima trompeta; “El séptimo ángel toca su trompeta” significa la culminación de la historia.  Por consiguiente, debe existir una persona que esté haciendo esa obra.  Continúa diciendo el versículo 2:

“pero no incluyas el atrio exterior no lo midas porque se le ha dado a los paganos
o los gentiles
que pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses”

(Ap. 11:2)

Se le da una caña de medir a Juan y se le dice que mida el altar y el templo, pero que deje el atrio al margen de esa medición.  Y lo que pasa es lo siguiente: los atrios, que son la parte exterior del templo, les es dejada a los gentiles.  Es decir, que la medición del templo corresponde a los tiempos antiguos; pero la medición de los atrios, o el campo externo, corresponde a este tiempo.  Es a este servidor al que le toca predicar 1,260 días después de su Vindicación; son palabras textuales del gran Maestro, de nuestro Señor Jesús, quien ya les he dicho se comunica conmigo bastante frecuentemente.  Vamos a continuar leyendo:

“y yo daré poder a mis dos testigos y ellos profetizarán
durante mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio”

(Apocalipsis 11:3)

Realmente, los dos testigos son dos hombres, el Señor Jesús, me ha dicho: “Tú cumples con esa profecía, yo te he escogido para que tú seas el otro testigo”.  Cuando yo vuelva, yo vuelvo realmente a tener tres años y medio de predicación o a predicar 1,260 días aproximadamente, ese será el largo de mi ministerio, la duración más o menos, como fue la duración del ministerio de Cristo, y ustedes saben que estoy hablando de la verdad.  Realmente, a la mitad de la semana, tres días y medio.  Continuamos entonces ahora con Apocalipsis 11:

“Estos son los dos olivos…”
(Apocalipsis 11:4)

Son olivos en el sentido simbólico, nota: Evidentemente tú no puedes sacar a Cristo que es el buen Olivo, no lo puedes eliminar de esa simbología como hacen otras ideologías que dicen ser cristianas las cuales señalan que los dos testigos (y olivos) son Elías y Moisés.  La realidad es que Cristo es el buen Olivo, Cristo es la luz del mundo, y nota lo que se va a decir:

“Estos son los dos olivos y los dos candeleros que están delante
del Señor de la tierra”
(El Señor de la Tierra es Dios)
(Apocalipsis 11:4)

Los dos testigos constituyen los dos olivos; y los dos candeleros que simbolizan a estos dos hombres, los simbolizan ante el altar divino y en la perspectiva de Dios, ahí están simbolizados.  Entonces continúa diciendo la lectura respecto a los dos testigos:

“…si alguno trata de hacerles daño, sale fuego de la boca de ellos,
y devora sus enemigos, así tendrá que morir cualquiera que quiera hacerles daño”.

(Apocalipsis 11:5)

“Estos hombres tienen poder para cerrar el cielo para que no llueva
durante el tiempo que estén profetizando, y tienen poder para convertir
las aguas en sangre y para azotar la tierra con toda clase de plagas,
cuantas veces quieran”
(Apocalipsis 11:6)

El Apocalipsis es un libro sumamente simbólico.  Si vamos a interpretar lo que ahí dice tenemos que admitir que cuando se expresa: No va a llover durante los días de su profecía, en esa expresión realmente el no va a llover no es algo literal, porque la lluvia no puede detener la predicación.  Por ejemplo, si cae un aguacero mientras yo estoy predicando eso no detiene la predicación.  De manera que no se puede entender literalmente que es que no va a caer agua del cielo.  No va a llover es una expresión que lo que connota es “serán atados los cuatro vientos mientras ellos profetizan” y después que ellos profeticen o den testimonio, entonces se desatarán las aguas que son símbolo de juicio ¿o acaso el mundo antediluviano no murió por agua?, ¿verdad que sí?

Te estoy trayendo realmente nociones interpretativas para que puedas comprender qué dice Apocalipsis 11 realmente.

“estos hombres tienen poder para cerrar el cielo…” 
(Apocalipsis 11:6)

O sea, tienen autoridad.  El poder siempre lo dota Dios, lo canaliza Dios el poder, pero tienen autoridad para que en los días de su profecía no llueva o no ocurran anomalías realmente de disturbios universales y puedan ellos cumplir con su ministerio de aproximadamente tres años y medio.  Porque los tiempos en la Escritura tampoco son exactos, te lo digo repetidas veces y nota que los que se han propuesto fijar fechas siempre han quedado mal.  De manera que las fechas son aproximaciones, puede ser antes, puede ser después, dependiendo de las circunstancias.  Pero lo que nos debe importar en la Escritura no son las fechas, sino los acontecimientos, los hechos, eso es lo que cuenta.  Un hecho puede ser cualquier día.

Te voy a traer un ejemplo para que veas que la fecha no es lo que cuenta: De Cristo se dijo que estaría tres días y tres noches en la tumba; Cristo no estuvo ni siquiera dos noches, sin embargo, ¿eso opaca el hecho de que murió y resucitó? Lo importante aquí es que murió y resucitó, no cuántas horas estuvo en la tumba.  De modo que te traigo esto como ejemplo de mi método interpretativo para que veas que estoy en lo correcto.  Dice entonces el versículo siete, que es donde queremos continuar leyendo, dice:

“Ahora bien, cuando hayan terminado de dar su testimonio
la bestia que sube del abismo los ataca, los vence y los mata…”

(Apocalipsis 11:7)

¿Cuándo la bestia mató a Moisés? si Moisés murió de muerte natural, ¿cuándo la bestia mató a Elías? si Elías ascendió en un coche de fuego, fue traspuesto. ¿Ven ustedes que no pueden ser esos dos los testigos?  Es imposible que sean ellos dos.  Además los dos testigos van a ser muertos en la tierra ambos, y se van a levantar sobre sus pies, uno de ellos fue Cristo.  Ya Cristo cumplió con su misión de colocar el fundamento para la salvación, el único fundamento: Su justicia; y ya Cristo fue puesto en ignominia y se levantó, entró espíritu de vida en Él, y se levantó.  Porque aquí se habla de dos testigos que no participan simultáneamente, y eso es bueno que tú lo entiendas, uno constituye el primer ay y el otro constituye el segundo ay, y eso lo vamos a ver con mucha calma, pero con mucha solidez interpretativa.  Mira esto:

“sus cadáveres quedarán tendidos en la calle de la gran ciudad…”
(Apocalipsis 11:8)

¿Cuál es la gran ciudad? Realmente sus cadáveres quedarán puestos o expuestos a ignominia.  No se les querrá dar sepultura.  Sin embargo, oye esto que claramente te quiero decir; aquí se habla en sentido figurado ¿quieres verlo? Vamos a continuar leyendo:

“sus cadáveres quedarán tendidos en la calle de
la gran ciudad que en lenguaje figurado…”
[o en el lenguaje espiritual, no en una realidad literal]
se llama Sodoma y Egipto”

(Apocalipsis 11:8)

Ves, ¿en qué quedamos, es en Sodoma o es en Egipto? En ninguno de los dos, sino que es en la Tierra.  Sodoma y Egipto son símbolos de la Tierra, y así es que hay que interpretar.  No debes colocarte como los adventistas a decir que fue en Francia que se enterró la Biblia, aquí no se está hablando de la Biblia; la Biblia se menciona o los Dos Testamentos se mencionan, pero Dos Testamentos sin intérprete es materia muerta.  Por cada lectura bíblica tiene que haber un intérprete, si no los hay, habría confusión extraordinaria.  Por consiguiente, vamos a la realidad, ahí se habla de dos hombres que no son ni Elías ni Moisés, lo puedes tener por segurísimo.  Ahora fíjate cómo continúa diciendo:

“que en lenguaje figurado se llama Sodoma y Egipto,
donde también fue crucificado el Señor de ellos…”

(Apocalipsis 11:8)

Lo que está diciendo es que Dios fue crucificado también; o sea que además de Cristo (quien literalmente fue crucificado) Dios lo fue también, ¿sabes por qué? porque “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” (2 Corintios 5:19).  Es decir, Cristo representaba a Dios y lo que ocurría con Cristo ocurría con Dios. Para que vean ustedes que es así, les voy a traer o adelantarles un versículo para que vean la gran verdad que os quiero llevar en esta tarde.  Miremos el versículo 15 de Apocalipsis 11, y leamos ahí para que veáis que realmente estamos en una clara línea de pensamiento; dice el versículo 15 del siguiente modo:

“tocó el séptimo ángel su trompeta y se oyeron
en el cielo fuertes voces que decían el reino del mundo

ha llegado a ser de nuestro Señor y de su Cristo”.
[Hay versiones que dicen de nuestro Señor y su Mesías]
(Apocalipsis 11:15)

La palabra Señor en el Apocalipsis, en un 99% de la ocasiones, se refiere a Dios el Padre, no se refiere a Cristo.  Por eso es que cuando se habla del trono en Apocalipsis 21 se dice “el trono de Dios y del Cordero”.  Ustedes tienen que entender que en Cristo existe convergencia, doble naturaleza; la naturaleza divina que es lo que lo hace un legítimo representante de Dios, es lo que hace de Él Dios: “En el principio era el Verbo, el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1) y la naturaleza humana. De manera que ante esa convergencia de naturalezas ahí se aclara que el vocablo Señor significa Dios Padre y el Dios de los dos testigos es el Padre, y eso no echa a un lado la naturaleza humana de Cristo quien es uno de los dos testigos.  De manera que ¿por qué no somos francos y sinceros con nosotros mismos y aceptamos que esto es una interpretación que me ha sido dada, ya revelada y desglosada por el mismo Señor Jesús?

Es totalmente errónea la enseñanza de que Elías y Moisés son los dos testigos.  Ustedes verán que es imposible.  Ya les he dicho que Elías y Moisés no fueron muertos por la bestia, que Elías y Moisés los dos están ya transformados como se puede inferir de la transfiguración del Monte Santo ¿verdad que sí?  Elías, el nombre Elías, es utilizado en la Escritura para aludir a Cristo: “tú eres el Elías que ha de venir” le dijeron a Cristo cuando Cristo vino (Mateo 11:14).  Y esta declaración es muy cierta, Cristo era el Elías, porque la palabra Elías lo que connota es el espíritu de la profecía se habrá de repetir vez tras vez en la historia, que eso es lo que alude, porque realmente Elías ascendió en un coche de fuego, y tú verás lo que ocurre aquí.  Vamos a seguir leyendo, dice entonces, el versículo que sucede del siguiente modo:

“habrá personas de todo pueblo, tribu, lengua y nación que contemplarán
sus cadáveres por tres días y medios y no permitirán que se les dé sepultura”
(Apocalipsis 11:9)

Los habitantes de la tierra se alegrarán por su muerte y la celebrarán
con intercambio de regalos porque estos dos profetas
habían atormentado a los que viven en la tierra…

(Apocalipsis 11:10)

Se entiende que habían atormentado a los moradores de la Tierra, por la predicación de la verdad, se entiende de una manera pre clara.  Por eso, el mundo de aquel entonces se alegró cuando Cristo murió, y dijeron “salimos de eso”; porque no hay peor tortura que la que escuchar a un hombre que en el nombre de Dios te plantea unas verdades y te denuncia.  Plantear la verdad es denunciar a la gran mayoría de la raza humana, por eso es que muchas veces se pretende atacar y criticar al cristiano.  El resto de la población siente celo de aquel que ha comprendido la verdad de Dios y le tienen resentimiento.  Como dice la Escritura: “todos los que quieran vivir piamente en Cristo Jesús recibirán persecución”, recibirán la crítica del mundo, la ignominia por parte de los hombres.

Realmente de Cristo se alegraron cuando murió, y cuando este servidor muera también se van a alegrar.  Ahora, vamos a leer para que usted vea lo que va a ocurrir.  Bueno terminemos ahora dice, continúa diciendo la Inspiración:

“pero después de los tres días y medio entró en ellos
un aliento de vida enviado por Dios y se pusieron de pie…”

(Apocalipsis 11:11)

Note, esta acción no ocurre simultáneamente, sino que ocurre en distintas épocas en la historia: Ya Cristo se puso en pie y se fue, ya Él subió; me corresponde a mí el turno como postfigura de Cristo que es lo que Él me ha dicho.  La historia de lo que Cristo me ha dicho se resume del siguiente modo: Yo voy a subir pronto, no sé qué día, no sé hora, no me ha dado fecha, me dijo “En cualquier momento”, “Prepara un trasfondo para tu partida”.  Yo asciendo, soy vindicado y desciendo con el mensaje de revelación final, y ahí se cumple Apocalipsis 18:1: “Vi descender un ángel del cielo con gran poder y la tierra fue alumbrada de su gloria…”, y eso ocurre también al fin de los tiempos: y especifica el mensaje de ese ángel: “Caída es, caída es la gran Babilonia que se ha hecho habitación y guarida de todo espíritu inmundo”.  En Puerto Rico no hay nadie, nadie, nadie que esté cumpliendo con ese mandato, este servidor de ustedes que señala verdad, el Evangelio Eterno, doctrinas que son armónicas contundentemente armónicas con el Evangelio Eterno y, a la vez, denuncia a Babilonia, denuncia la confusión teológica.  Soliciten esa literatura, yo la tengo, del mensaje que yo he venido predicando por los últimos doce años que es en torno al denunciamiento de Babilonia que se ha hecho guarida de todo espíritu inmundo y aborrecible.  Los ángeles caídos permean las iglesias carismáticas; eso que ustedes ven que se revela ahí no es el espíritu de Dios, ese es el espíritu de los ángeles caídos o los espíritus de los ángeles caídos que son las aves aborrecibles e inmundas que confunden al mundo.  En esas iglesias no se conoce lo que es el Evangelio, no se predica esperanza, paz y amor futuro, lo que se predica ahí es experiencia, subjetivismo.

Yo asciendo y termino de recibir la revelación o “comerme el librito” en el cielo.  En realidad este proceso comienza aquí, el librito me lo comienzo a comer aquí.  Llevo doce años denunciando a Babilonia que es el anuncio que hace el ángel de Apocalipsis 18:1 que desciende del cielo.  Llevo doce años denunciando a Babilonia en la radio de Puerto Rico y en la televisión (vamos para catorce aproximadamente, primero doce en radio y los últimos dos en televisión) y seguiremos hasta que el Señor me transfiera como transfirió a Elías, como transfirió a Moisés, como ha transferido a tantos otros como a Pablo a quien llevó al cielo (2 Corintios 12:2), pues yo voy a ser objeto de ese hecho.

Claro, cuando yo descienda, entonces desciendo con el último mensaje de amonestación de Dios a un mundo en caos.  El contenido de mi mensaje es el contenido del librito que le fue dicho a Juan con la última revelación en torno a las cosas que van a acontecer antes de la Venida de Cristo.  Mi misión será una de carácter judicial, y constituirá  un preámbulo al Juicio o al veredicto final que el Señor va a traer.  Cuando el Señor venga, viene a separar las cabras de las ovejas, viene con el veredicto final, pero esto es una preparación para la vendimia, para que la mies madure como dice Apocalipsis 14.  Vamos a leer los últimos versículos.  Vimos como ante la muerte de los dos testigos se alegra la tierra, se alegró cuando Cristo murió, se alegrará ahora.  Pero miren esto:

“pero después de los tres días y medio entró en ellos un aliento de vida enviado
por Dios, y se pusieron de pie, y el terror se apoderó de quienes los contemplaban”

(Apocalipsis 11:11)

¿Por qué se apoderó el terror?  Porque los habían maldecido, los habían criticado, los habían puesto en ignominia y los habían matado, y el terror entonces sobrecoge al incrédulo; pasó así en los tiempos de Jesús, pasará ahora con este servidor de ustedes.

“Oyeron entonces una fuerte voz del cielo, que les decía: Suban acá
y subieron al cielo en una nube a la vista de sus enemigos…”

(Apocalipsis 11:12)

Cristo me dijo“cuando eso ocurra contigo oirás la voz del Padre como yo la escuché”. Este ascenso va a ser a la vista de mis enemigos, pero esto no va a ocurrir ahora; ahora voy a ser llevado, vindicado, traído para cumplir con mi ministerio, y después voy a ser muerto como ocurrió con Cristo, no sé de qué modo.  No puede ser crucificado como Cristo porque el Calvario es irrepetible, pero de algún modo me van a perseguir, me van a limitar, y me van a matar; después entonces el espíritu de vida entrará en mí, me levantaré, ascenderé para regresar con el Señor Jesús, ese es el orden de estos acontecimientos.  Dice, finalmente, en el versículo 13 del capítulo 11:

“Aquella misma hora se produjo un violento terremoto, y se derrumbó la décima
parte de la ciudad, perecieron siete mil personas en el terremoto…”

(Apocalipsis 11:13)

No siete mil literalmente, el siete siempre es un número de plenitud, perecerán plenamente los hombres en aquel momento.  Entonces termina diciendo:

“El segundo ay ya pasó, el tercero se avecina”
(Apocalipsis 11:14)

El tercero es cuando Cristo venga, el primer ay pasó en la historia con Cristo, el segundo ay pasará conmigo, y el tercero cuando Cristo venga a vendimiar la tierra.