Los Verdaderos Testigos

Si como hemos probado la Palabra Escrita no puede ser lo que en el sentido figurado constituya los dos testigos por razones de peso; y Moisés y Elías quedan descartados a la luz de Mateo 17, como indubitablemente hemos demostrado; entonces, nos queda por probar ahora que los dos testigos son Cristo y quien Cristo ha escogido para que sea Su postfigura y testigo complementario ahora al fin del fin, me he referido a este servidor vuestro a quien el Señor Jesús ha llamado para vindicarlo.  El Señor Jesucristo lleva más de siete años en conversación directa con este servidor.

En Sus señalamientos el Señor Jesús ha dicho, en primer lugar, lo mismo que dijo el Padre sobre Él en Mateo 17:  “…a él [refiriéndose a Cristo] oíd”; así ha dicho Cristo de mí.  Reiteradamente Cristo ha señalado esa misma expresión:  “A él oíd” (refiriéndose a mí).  Para esta función he venido siendo preparado ya durante 36 años.  Me ha declarado Cristo, además:  “No eres únicamente el testigo complementario, sino que eres, paradójicamente, mi hermano menor y mi hijo”.  Expresó ante todos que soy preexistente, que fui la cuarta criatura en ser creada de manos de Dios; y que por haber sido yo el voluntario que Él reclamó para descender en este tiempo me colocó como Su segundo hijo, ya que Luzbel se perdió y los demás rechazaron la oferta (Gabriel y Markus, como ya te hemos explicado).  No era una imposición de Dios, sino que Dios buscó un voluntario entre Sus hijos.  Siendo yo el que se ofreció para realizar esta tarea me amó más, y me pasó del quinto al segundo lugar en el orden recreacionista y posicional.  Con Cristo ocurrió lo mismo, como señala Juan 10:17:  “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.” Es obvio que lo que quiere decir es “me ama más”, porque no podemos pensar que el Padre no lo amaba y que al entregarse es que comenzó a amarlo, sino que seamos acertados y admitamos que el versículo debe entenderse:  Por esto me ama más el Padre, porque yo pongo mi vida…

Este servidor cree en todo lo que el Espíritu del Señor le ha dicho, pues cuando hacemos un análisis bíblico, concienzudo y exhaustivo en la Escritura hay pruebas indubitables de que dos son los hijos de Dios que habrían de venir al mundo.  En Zacarías 4:14 dice el ángel, al contestar la pregunta en torno a los dos olivos, del siguiente modo:  “Estos dos hijos de aceite son los que están delante del Dios de toda la tierra.” (Versión antigua de Casiodoro de Reina (1569) Revisada en el 1602 por Cipriano de Valera.)

Es obvio que “hijos de aceite” significa hijos de alto conocimiento.  El aceite es símbolo del Espíritu, por consiguiente, no vamos a pensar ahora que son hijos que nacen del aceite mismo, sino hijos con mucho conocimiento, mucha revelación.  La versión “Good News – Today’s English Version” lo vierte en inglés del siguiente modo:  “These are the two men whom God has chosen and anointed to serve Him, the Lord of the whole earth.” No hay lugar a dudas de que se trata de dos hijos con dos cátedras bajo su responsabilidad.  Ya mi hermano mayor (Jesús) cumplió con Su cátedra; me corresponde cumplir con la mía.  En el caso de mi hermano que me precedió, se dio como señal la resurrección; en mi caso se dará como señal para el mundo entero mi vindicación o rejuvenecimiento.

Si ustedes hacen un análisis profundo de esta profecía dada a Zacarías profeta se van a dar cuenta que no solamente se profetiza que serán dos hijos catedráticos del Altísimo, sino que también habría Dios de levantar Su brazo dos veces al fin de los tiempos para colocarlos como dos pendones (señales) y que el mundo mirase hacia ellos (Isaías 11:10-12).  Un pendón es algo que es colocado ante los hombres de forma notable, y en este caso a nivel mundial para que todos miren hacia él.  Cristo, el primer catedrático, como primer pendón ya fue levantado, y a todos atrajo a Sí mismo (Juan 12:32).  Este servidor, como segundo pendón, pronto será vindicado para atraer a todos a sí mismo.  Por consiguiente, debéis estar atentos a ese hecho que ocurrirá muy pronto.

En el pentecostalismo apóstata, que sin lugar a dudas constituye el Falso Profeta señalado en Apocalipsis 20:10, se hizo un adelanto interpretativo del segundo pendón de Isaías 11:10-12.  En dicha falacia interpretativa se dice que esa profecía se cumplió cuando Israel fue reconocido como un Estado independiente, a donde acudirían todos los israelitas dispersos en el mundo.  Esta es falsedad de falsedades por las siguientes razones:  El propósito de Dios nunca ha sido el Israel nacional, sino el Israel espiritual compuesto por judíos y gentiles como se declara de manera indubitable en los escritos novotestamentarios de San Pablo.  En segundo lugar, si somos contextualmente consecuentes al interpretar, tenemos que entender que si se habla de un hombre en el primer levantamiento de la diestra de Dios, se habla también de un hombre, y no de una bandera, en el segundo levantamiento de Su diestra.  Indubitablemente, lo que se nos presenta con el segundo pendón en Isaías 11:11-12 es la acción homilética o evangelística y, a su vez, escatológica, que parte de la primera y única cátedra vertida por Jesús, y que ahora es vertida en el trasfondo de un énfasis escatológico por el segundo ungido, quien es este servidor de ustedes.  Por los últimos treinta y seis años he venido demostrando mi erudición profética y mi capacidad interpretativa y homilética.

Esta interpretación que trae el pentecostalismo está a tenor con su horrible enseñanza de que son dos pueblos y no uno.  No debes dejar de adquirir el tema sobre el Israel de Dios que aparece en audio y escrito en nuestra página; así podrás entenderlo todo y ver cómo, sin lugar a dudas, el pentecostalismo es el Falso Profeta.

El resumen de lo dicho es:  Son dos catedráticos, hijos del Altísimo (Zacarías 4:14); dos pendones que culminan al fin de los tiempos (Isaías 11:10-12); son dos testigos en términos de evangelismo (Apocalipsis 11); son dos señales (Isaías 66:18-19); son dos vendimiadores cada uno con una hoz (Apocalipsis 14:17); y si el primero es hijo, el segundo también lo es.  Por consiguiente, ese Espíritu que habla conmigo no es otro que el Señor Jesús, quien me ha dicho la verdad y nada más que la verdad cuando dijo:

“Tú has sido colocado como el segundo hijo de mi Padre el Todopoderoso, en sustitución de Luzbel.  Estarás predicando el último mensaje de amonestación a un mundo que está por concluir.  Fuiste tú seleccionado por mi Padre desde antes de nacer, pues eres preexistente.  Tu nombre celeste fue Luiko de Jesús; y desde que naciste he estado yo a tu lado iluminándote e inspirándote.  Ahora ya estás preparado para tu tarea.  La restauración del vigor y de la energía juvenil en ti constituirá la señal que el mundo necesita a los fines de que todos miren hacia tu persona y puedas de ese modo descargar tu responsabilidad final en calidad de maestro.  Además, has sido constituido el segundo y final testigo, quien descenderá del cielo y llenará la tierra con su gloria [Apocalipsis 18:1].  Y con mi realización histórica llenarás la tierra de mis actos evangélicos que constituyen la Gloria de Dios en Cristo [Isaías 42:8].  No tienes idea todavía de la posición que te ha sido otorgada.  Tendrás que luchar contra todos como hice yo, y para eso yo te preparo dándote una mente celeste o espiritual [Primera de Corintios 2:16] y la máxima autoridad para que pongas, al igual que yo lo hice, el mundo a tus pies [en el sentido salvífico].  Cuando tu restauración o vindicación sea una realidad, el mundo quedará en un asombro increíble.  El espíritu que Juan recibió de Elías [Mateo 17:11-12] ahora tú lo has recibido de Juan.  El escudo de Puerto Rico yo lo inspiré para aludir a este hecho que ahora se cumplirá prestamente, pues tú también serás una voz que clama en el desierto.”

Análisis de Apocalipsis 11

Partiendo del capítulo 10 de Apocalipsis nos encontraremos con que el tiempo no será más (Apocalipsis 10:6), lo cual implica que alguien que no es Juan habría al fin de los tiempos de realizar una obra en favor de Dios con el contenido del librito por un poco más de tiempo (Apocalipsis 10:10-11).  Cuando comenzamos a leer el capítulo 11 vemos que Juan habría de bregar con los judíos, mientras que el personaje que da seguimiento a Juan al fin de los tiempos habría de bregar con los gentiles por tres años y medio aproximadamente (la profecía nunca es cronométricamente exacta, sino dada a variantes).  Este personaje se describe como el testigo complementario —homiléticamente hablando— de nuestro Señor Jesucristo, quien es el testigo fiel y verdadero.

Nótese cómo ambos, Cristo y el testigo complementario, son inmolados después de que ambos han realizado en la historia una gran tarea de divulgación teológica y evangélica (derraman su aceite, Zacarías 4:12-14) y de antagonismo ideológico con la Bestia que sube del mar (entiéndase Roma) y los mata después de finalizar sus tareas en el nombre de Dios (Apocalipsis 11:7).  Cristo ya realizó Su tarea en el tiempo del fin (recuerda que el tiempo del fin es considerado de Cristo para acá), mientras que el testigo complementario está por realizarla.  Ambos también mueren y resucitan en aproximadamente tres días (Apocalipsis 11:11).  Ambos son llamados al cielo después de realizar sus tareas (Apocalipsis 11:12).  Cristo fue, y está en el cielo; lo mismo ocurrirá con el testigo complementario, viéndolos sus enemigos y marcando un aparente éxito para el dragón y sus huestes (Apocalipsis 11:10); triunfo que durará muy poco, pues habrán de regresar juntos en la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo.  (Véase Apocalipsis 14:14-18 donde se señalan dos ángeles que vendimian, cada uno con su hoz.)

¿Qué es el Testigo Complementario?

La Escritura nos enseña que Cristo no volvería hasta que el tiempo de gracia no termine, lo cual limita a Cristo a una prevalecencia personal en los cielos para realizar Su obra intercesora que durará hasta el fin de la gracia (véase Hebreos 7:25).  Entonces y únicamente entonces volverá, cuando esta tarea intercesora haya terminado.  Consecuentemente, necesita un testigo complementario que al fin de los tiempos pueda recordar el Calvario y de ese modo postfigurarle.  El testigo complementario y el Señor Jesús cumplen de ese modo con la profecía de Zacarías, donde se nos dice que esos son los dos olivos que siempre han estado delante del Dios de toda la tierra.  Por consiguiente, el testigo complementario constituye el segundo hijo de Dios.  Cristo se ha referido a mí como el segundo hijo de Dios, Su hermano menor.

Hemos probado que no pueden ser Elías ni Moisés los dos testigos por razones de tiempo, ya que el testigo complementario pertenece al fin del escatón, cuando este testigo complementario se constituirá en una señal al mundo con su vindicación, y así, ya vindicado, procederá a su obra final que es la de reubicar el pueblo en ciudades de refugio predeterminadas por Dios, donde aguardarán hasta ser incorporados al Israel de Dios (la Ciudad Santa) cuando Cristo venga por segunda vez (véase Isaías 66:18-21).

¿Quién es el Testigo Complementario?

Ya he sido franco y abierto con ustedes los amigos lectores y les he declarado que el Señor Jesús en Sus comunicaciones viene desde hace ya más de siete años desarrollando en mí una mentalidad que me ha llevado a entender y a disponerme a ejecutar esa obra en calidad de testigo complementario.  El mismo Señor comenzó a estimularme diciéndome que yo tenía una obra final que realizar, por lo cual comenzó a revelarme gradualmente y con una consistencia increíble la descripción de mi posición y funciones al fin de los tiempos.  Hoy día, ya en conocimiento pleno de lo que conmigo va a suceder, puedo declarar, por lo que el Señor Jesús me dice, que indubitablemente soy el cotestigo por selección divina (entiéndase el testigo complementario), razón por la cual seré vindicado pronto.  Juro solemnemente delante de Dios que si miento caigan sobre mí las plagas y las maldiciones que declara el libro de Apocalipsis en su parte final.  Pero les advierto, amigos lectores, que Dios con este asunto les muestra el verdadero camino al cielo; y si no sigues las directrices que aquí te damos, por incredulidad o porque entiendes que esto es de carácter hiperbólico (exagerado), te perderás irremediablemente, y entonces serás tú el que reciba las plagas y las maldiciones que anuncia la Palabra.  Recuerden ustedes que por pensar de ese modo Noé estuvo predicando ciento veinticinco años y no le creyeron, pues nunca antes había llovido. Los sodomitas no creyeron en Lot ni en los ángeles que advirtieron que caería fuego del cielo.  Ahora hablamos de cosas difíciles de creer, pero sencillas de manifestarse por el poder de Dios.

El contenido de este libro es, en parte, el contenido del librito que Juan, en mi representación, recibe; y tiene una importancia trascendental, puesto que muy pronto la Biblia nos será quitada y prohibida por una combinación de romanismo y Estado.  En cambio el librito, por tener derechos reservados, no podrá ser quitado, a menos que no hagan una enmienda a la ley de esos derechos, cosa que es prácticamente imposible.  Por consiguiente, estos escritos constituirán, cuando el momento llegue, una proyección de la Palabra de Dios.  Por eso el Señor me dijo:  “Será el último libro del Canon Sagrado”.

Nota:

Satanás anda suelto buscando a quién devorar, y no dejará de intentar colocar a sus hombres —enemigos de la verdad— en altas posiciones que les permitan influir en la redacción y enmiendas de leyes que puedan afectar la libertad de culto que hasta ahora hemos tenido.  Dicho de otro modo, la nación norteamericana va a ser objeto de la más atroz influencia satánica que nunca antes ha ocurrido.  No obstante, el Todopoderoso siempre tendrá los medios a Su disposición para culminar Su programado propósito final.

Antes de concluir, te recuerdo mi querido hermano lector que la posición en la cronología del tiempo en que hemos de ubicar a los dos testigos es al fin, y no antes.  Esa ubicación en el tiempo descarta tanto a la Palabra Escrita como a Moisés y a Elías, y vienes razonablemente obligado a entender que los testigos somos Cristo y este servidor quien pronto será vindicado.  No hay lugar a dudas, por eso mis enemigos tiemblan y no se avienen a enfrentarme; por eso me escarnecen sin siquiera conocerme; por eso el romanismo hereje me matará.  Se repetirá la historia; como hicieron con Cristo harán conmigo.

No hay mejor testimonio para probar mi legitimidad que el hecho mismo de que conozco estas cosas, con claridad meridiana te las he expresado.  En la historia de la Iglesia nunca nadie ha enseñado las cosas que yo he descubierto y profetizado, pues estas cosas estaban selladas hasta el tiempo del fin (Apocalipsis 10:4), cuando habrían de ser abiertas (Apocalipsis 22:10).  Mi Padre que está en los cielos se manifestará por medio de mi vindicación que constituye el segundo pendón por Él prometido en el libro de Isaías 11:11-12; asunto este que ya te hemos explicado.  “Despiértate, tú que duermes, y te alumbrará Cristo” (Efesios 5:14). Rechaza los muchos falsos profetas que proliferan en el mundo y atente a esta final revelación de Elohim en torno a Sí mismo.

Última Revelación de Dios:

“Tú eres mi hijo, Luiko, y tienes como misión final reunir el Israel espiritual para salvación; los que sigan el camino por ti indicado serán bendecidos.  Yo he puesto el mundo a tus pies.  Sin temor, proclama quién eres, pues yo te respaldaré siempre hasta el fin.  Bendiciones para ti y los tuyos, vayan de Este, tu Padre, Jesucristo.”

¡Que no crees!?… Ese es tu problema.