Interpretación de Apocalipsis 18

Apocalipsis 18:1-4

“Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria” (Apocalipsis 18:1).

He aquí que se anuncia un mensajero que desciende del cielo al fin de los tiempos y cuyo mensaje llenará al mundo con su gloria.  Estás en presencia del mensajero que descenderá del cielo, porque como ya os he dicho, Cristo me llevará al cielo y me devolverá para que se cumpla el que desciendo del cielo para llenar al mundo con la gloria de este mensaje que ya tú has comenzado a visualizar.

En el Apocalipsis, la mayor parte de las veces que aparece la palabra ángel se utiliza para connotar un mensajero.  Puedes leer, por ejemplo, los versículos donde se dice:  “Escribe al ángel de la Iglesia en Efeso […]  Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna…” (Apocalipsis 2:1, 8), esto equivale a decir:  Escribe al cuerpo ministerial de la iglesia; y se denomina como un ángel aquél que es hombre.  Fue a los hombres y no a los ángeles a quienes se le comisionó el mensaje evangelístico por excelencia.  Por consiguiente, nunca esperes ver un ángel con alas (como te ha hecho creer Roma) que vuele por el cielo predicando el Evangelio Eterno; son hombres como te hemos presentado y no ángeles.  Yo ahora constituyo el ángel que suena la trompeta de Apocalipsis 10, versículo 7, y he comenzado a sonarla, culminando de ese modo la revelación escrita.  Entiende que la trompeta suena figurativamente y no es una trompeta literal.  Es una voz que como trompeta suena por su impacto claro y de extraordinaria precisión en términos de claridad parlante.  Así lo ve Pablo en Primera de Corintios 14:8: “Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?”  Vosotros estáis siendo preparados para la batalla final porque realmente el fin ha llegado.  Yo seré tomado al cielo para mi vindicación, por Jesús, quien constituye mi hermano mayor y Padre (durante la creación original como Miguel), quien me devolverá ya vindicado, con una edad de alrededor de 30 años para que culmine mi cátedra final y prepare al pueblo para recibirle entre las nubes de los cielos.  Es decir, que ascenderé y descenderé como el ángel de Apocalipsis18:1, y ¿qué glorioso mensaje es el que traigo y traeré o culminaré?  Nada menos que seguir denunciando el sistema Papal para que ustedes puedan salir de Babilonia.  Nota cómo continúa diciendo el mensaje:

“Y clamó con voz potente, diciendo:  Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible” (Apocalipsis 18:2).

¿Quién otro, sino este servidor, ha venido clamando en alta voz, diciendo que el pentecostalismo cumple con esa guarida de demonios en unión al romanismo Papal?  Esa es Babilonia, la unidad carismática de nuestros días.  El comité ecuménico constituye el timón de Babilonia.

Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites” (Apocalipsis 18:3).

Ha podido leer el amigo lector que han bebido del vino del furor de su fornicación, como también se señala en Apocalipsis 14:8.  Puede observar el público en general y los religiosos  particularmente que mi interpretación sobre Apocalipsis 14:8 al decir que son sectas es correcta, ahora aquí se repite en un contexto claramente religioso y de iglesias unidas con una misma finalidad ecuménica y antagónica a este mensajero que representa el cielo y que ha estado tratando de liberarles, pero ustedes hacen caso omiso y me obligan a ponerle el “dedo en la llaga”.  Están repitiendo la historia; Dios les ha enviado un mensajero, pero lo resienten, lo rechazan y hasta lo odian, llegando así a rechazar a Dios y asociándose de ese modo con los detractores de la verdad, entiéndase el poder Papal.

“Y oí otra voz del cielo, que decía:  Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas” (Apocalipsis 18:4).

Nótese cómo el clamor celeste es un llamado a salir de Babilonia; y ¿qué estoy clamando yo hace algunos años, sino es eso?  ¿Quién es el único hombre, no sólo en Puerto Rico, sino en Norteamérica y todo Latinoamérica, que les advierte contra el poder diabólico representado por Babilonia?  ¿Quién más?  Sean sinceros por una vez en su vida y admitan que ese soy yo.  Señores, el ángel de Apocalipsis 10:7 continúa sonando su trompeta, y el ángel de Apocalipsis 18:1 ha comenzado el trasfondo para cumplir con esa otra profecía.  Dios no va a aguardar más por aquellos que, como los adventistas, tienen los medios y saben que esta es la verdad, pero se niegan a proclamarla.  Eso es verdadera traición hacia Dios, constituyéndose así en integrantes de Babilonia.  Porque los adventistas saben que el sistema Papal es el anticristo, pero sólo lo divulgan en el interior de su iglesia para no ser combatidos por los romanos.  Dios hubo de desecharlos…

Apocalipsis 18:5

“Porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.”

¿En qué consisten sus pecados y sus maldades?  En que Roma, como declara el profeta Daniel, ha echado la verdad por tierra (Daniel 8:13), y con conocimiento de causa se negó a escuchar a Martín Lutero, quien fue enviado por Dios para que entendiesen el Evangelio.  Ahora dicen que el tiempo les ha dado la razón.  Miren cómo dice el libro que contiene el “imprimátur” católico romano, titulado: Teología de San Pablo, página 647:

“Sin entrar en discusiones, porque no son necesarias, cotejemos brevemente con esta concepción paulina de la justificación y de la justicia por la fe las interpretaciones protestantes.  Que a la nueva creación, triplemente divina, preconizada por el Apóstol, no satisface la justicia forense y meramente imputada de los antiguos luteranos, es demasiado manifiesto.  La mayoría de los modernos protestantes han hecho en este punto justicia a la doctrina católica definida en el concilio de Trento…”

Líder romano, y tú que dijiste:  Me la comí.  Vamos a ver qué me dirás cuando yo te plantee lo que eso significa.  ¿Sabes lo que eso significa?  Significa que tú has cumplido con la importantísima y clara profecía de Apocalipsis 14:8, donde se declara: “…Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación”.  ¿Sabes cuál es el vino del furor de su fornicación?  El Concilio de Trento, la teología que tú ataste y que dis que enseñó Pablo.  Lejos está el gran apóstol de haber enseñado eso.  ¿Sabes quién fue el ángel que cumplió con esa profecía de denunciar a Babilonia?  El que tú rechazaste, el enviado de Dios que se llamó Martín Lutero, a quien ustedes querían meter a la cárcel sin escucharlo.  Y para que estés mejor versado, ¿sabes qué es Babilonia?  Tu sistema Papal romano.  Ustedes constituyen Babilonia y han cumplido a la perfección la profecía que declara que han contaminado a todas las naciones o sectas religiosas, pues ahora se puede percibir que los protestantes son más católicos que ustedes mismos por haber aceptado vuestra dañina teología.  No es que la mayoría de los protestantes han hecho justicia a Roma, es que han cumplido con la profecía de Apocalipsis 14:8, y en su apostasía se han unido a Roma en un mismo sentir.

En ese contexto de la profecía de Apocalipsis 14, un tercer ángel da continuación a la obra de Martín Lutero denunciando a Babilonia y dictando su sentencia con advertencia para los seguidores de esta a los fines de que como dice Apocalipsis 18:  “Salgan de Babilonia”.  ¿Sabes tú quién es el tercer ángel?  El tercer ángel es este servidor que te denuncia para advertir a tus seguidores que deben salir de ahí so pena de perderse, para que no tomen la señal en su frente y en su mano.  Trento significa fe más obras, y la señal que deben de rehuir, precisamente, es la fe ideológica que ustedes han atado, por eso es en la frente, porque la frente es símbolo de ideas y las manos símbolo del quehacer humano.  Dicho de otro modo, lo que ahí está diciendo es que no crean en las ideas atadas en el Concilio de Trento y, mucho menos, obren para salvarse, porque la salvación es como decía Lutero:  “Solo por gracia, solo por Cristo y solo por fe”, y no por el merecimiento humano.  Se cumple así, además, lo que dijo el profeta Daniel:  “Han echado la verdad por tierra” al colocar al hombre formado de la tierra como causa de la salvación (el término Adam significa «Hombre formado de la tierra»).  ¿No te sorprende el paralelismo extraordinario entre Apocalipsis 14:8-9 y Apocalipsis 18:2-4, donde con palabras muy similares se expresa una misma idea?

Te habla aquel que tiene por misión, como ya te he dicho anteriormente, denunciar tu herejía atada en el Concilio de Trento y tu servicio al diablo.  Es obvio que tenemos un panorama demasiado claro a la luz de la Escritura.  Echar la verdad por tierra es el equivalente de fabricar un vino adulterado, pues ambos implícitamente declaran que se está considerando la justicia del hombre para salvación.

Apocalipsis 18:6

“Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble.”

¿A quién se dirige este señalamiento?:  “Dadle a ella como ella os dado…” Obviamente, va dirigido a los miembros del pueblo que han logrado salir de Babilonia, ya que en ese contexto es que se encuentra ese mandato divino.  Interesémonos ahora por saber en qué consiste “el cáliz doble” que hemos de darle a Babilonia.  El vino amargo que Babilonia preparó y que constituye el vino de la muerte y la perdición, no es otro que el vino que se alude en Apocalipsis 14:8, y que se declara como “el vino del furor de su fornicación”.  Es demasiado obvio que no vamos a errar el camino al decir que “el vino del furor de su fornicación” es el vino de fe más obras que Roma ha dado a beber —en el transcurso de la historia— a todas las denominaciones religiosas, y eso incluye al protestantismo.  La orden celeste es:  “Dadle a ella una doble porción del vino legítimo” que es el que la mata.  Entiéndase que la orden redunda en confrontar el vino que ella da con el vino legítimo a los fines de que el vino legítimo le sirva de amargura ante su propio panorama.  ¿Qué es lo que mata al hereje, sino es la verdad?  Nosotros estamos en una clara obediencia a Dios, dándole una doble porción del vino legítimo que a ella indigestará.  ¿Por qué la indigestará?  Porque la descubre, la ubica y la condena.  La descubre como la ramera, la ubica como opositora a Dios y la condena en el veredicto judicial, porque todo aquel que se presente ante Dios aparte de la dependencia en Cristo será condenado.

Apocalipsis 18:7

“Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón:  Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto.”

Así de segura se siente Babilonia en este mundo que la reconoce y la alcahuetea.  A tal punto se siente segura que señala:  “…Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto”.  En calidad de intérprete, para mí es muy claro que esa es una alusión directa al sistema Papal romano, ya que no hay otro sistema eclesiástico más estable y reconocido por la gente del mundo que ese.  Hace ya bastantes años vengo clamando como hizo Juan, en un desierto, para que se vea con claridad y simpleza que es Roma la que soterradamente combate a Dios, y que Dios, a su vez, la tiene en agenda para una destrucción final.  Al interpretar estos pasajes vemos cómo preliminarmente Dios ordena a Su pueblo a que le retribuya dándole una doble cantidad del vino mortal a la ramera.  Esta obra que este servidor realiza pretende concienciar a la gente para que obedezca a Dios y le devuelvan al sistema Papal romano el pago que por sus hechos heréticos merece.  En el comentario anterior decíamos que la verdad la hiere, la martiriza y la castiga.  Entendamos que solamente podemos tomar acción si la descubrimos, y esto es responsabilidad de aquellos que conocemos la verdad y estamos descubriendo la Bestia.  Yo no ceso en mi empeño por declarar lo que me ha ordenado mi Padre que declare, a los fines de viabilizar esta sentencia divina y poder así cumplir por parte del pueblo la profecía de retribución punitiva que señala el próximo versículo 8, que dice:

“por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.” (Apocalipsis 18:8)

Es decir, que ante estos dos pasajes resumiremos lo siguiente:  El pueblo, al descubrirla en sus herejías, le estará dando, en términos figurativos, la doble porción que el cielo ha ordenado, para que de ese modo no quede duda alguna de lo que Babilonia es.  Una vez hecho este trabajo por parte nuestra en calidad de pueblo, el cielo ejecutará la sentencia y vendrá en una hora su derrota.  Debemos entender la expresión “en una hora” como algo rápido, sorpresivo, instantáneo y extraordinario.  Continúa diciendo la Inspiración:

“Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio,

parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo:  ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!” (Apocalipsis 18:9-10)

Ante el asombro, por el castigo inesperado, sobrecoge el temor a los aliados simpatizantes de este poder religioso, que son aquí señalados como los “reyes de la tierra”.  Debo señalar que son sorprendidos por no haber escuchado los enviados de Dios.  No deberían ser sorprendidos porque Dios siempre ha hablado por medio de Sus profetas y hoy día no es una excepción.  Este intérprete enviado por Dios, quien constituye el último catedrático de este mundo e hijo de Dios, les ha venido advirtiendo año tras año, pero el hombre de este siglo, habituado a depender, no de la Palabra de Dios, sino de lo que ve, similar a los antiguos corintios, se ha deslumbrado por, e ido en pos de la Bestia (Roma), cumpliendo así con la profecía de Apocalipsis 13:3, que dice: “…y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia”.

APOCALIPSIS  18:11-24

Hemos analizado hasta el versículo 10 del capítulo 18 de Apocalipsis, y a partir del versículo 11 hasta el 24 esos versículos nos hablan todos del inesperado derrumbe de este emporio religioso que es Babilonia.  Algunos puntos enfáticamente señalados nos llaman la atención, a saber:

Babilonia se identifica con un poder opulento, riquísimo en bienes materiales propios de este mundo, como lo son el oro, la plata y las piedras preciosas; veamos:

“Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías;

mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol” (Apocalipsis 18:11-12).

Realmente, el lujo existente en la ciudad del Vaticano y específicamente en el palacio Papal da testimonio claro y preciso de que Babilonia es el equivalente de ese sistema lleno de tanta herejía, como se proyecta en el versículo 23 de Apocalipsis 18; veamos:

“Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones” (Apocalipsis 18:23).

Nótese, además, como un punto interesante, que su clientela está integrada por los grandes de la tierra, o sea, los señores de este mundo.  ¿No es realmente obvio o evidente que son los grandes de este mundo los que tienen acceso al Papa?  ¿Verdad que sí, y que, por consiguiente, estos comentarios bíblicos están dirigidos hacia ese poder?  Y deseo llevarte, estimado lector, a que te preguntes el porqué de tanta alusión al mar y a los que trabajan en este; veamos:

“Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas.  Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos” (Apocalipsis 18:17).

Te diré el porqué de ese énfasis:  El mar es el lugar donde fue arrojado Satanás y sus ángeles.  El gran palacio de Lucifer está ubicado en los mares, y es Lucifer quien rige a católicos y quien erigió al Papa de Roma como su representante en la tierra.  Consecuentemente, al ver tanta pérdida material, él y sus ángeles caídos, quienes trabajan en el mar (o desde el mar), se lamentan a voces por la caída de Babilonia y sus mercaderías.

Jamás vas a encontrar un análisis más ajustado a la realidad que este.  Aprovecha y “despiértate tú que duermes, y te alumbrará Cristo”.